Es imprescindible proteger la piel antes y después de su exposición al sol. Si quieres saber, por qué y cómo elegir tu crema solar este verano, continúa leyendo.

¿Por qué usar protección solar?

El motivo es sencillo: es el único producto que evita las quemaduras solares. No existen remedios caseros o soluciones a medias que se puedan equiparar a los efectos del protector solar para la piel.

¿Cuándo utilizar protección solar? Los solares no son sólo para el verano.

No debemos recurrir a ellos sólo en verano, porque los cuidados que debemos darle a la piel para evitar los efectos dañinos del sol deben ser permanentes; las razones son muchas, no solo abarcan cuestiones estéticas como la prevención de las arrugas, sino también evitar daños peores como el cáncer de piel.

La mayoría de personas suelen descuidar su piel en invierno, porque piensan que al no existir altas temperaturas, los rayos del sol no dañan nuestra piel como lo hacen en verano: creer esto es un grave error, ya que la luz del sol (los rayos UV), aún tienen la capacidad de deteriorar las células cutáneas.

El uso del protector solar debe ser durante todo el año, no sólo en verano, por lo que no es casualidad que esté entre los consejos de belleza más recomendados.

Igualmente en invierno, se recomienda su uso para las prácticas de deportes tales como el sky, senderismo de montaña, alpinismo, trecking, etc…

¿Qué SPF debes emplear?

El número del SPF no indica la potencia del bloqueador, sino cuantos minutos actúa.

Para elegir correctamente un protector solar se debe calcular cuánto tarda la piel en enrojecer en su exposición al sol, y luego determinar por cuánto tiempo dicha persona pretende exponerse al mismo. Es decir, debemos multiplicar el filtro solar del protector solar por el tiempo que tarda la piel en enrojecerse.

SPF¿Qué nos indica?

El factor de protección solar indica cuanto tiempo un protector solar aumenta la capacidad de defensa natural de la piel antes de llegar a quemarse. Para ello es necesario usar un producto de alta protección, para evitar el enrojecimiento de la piel y/o su quemadura.

Si deseas tomar el sol durante 75 minutos y tu piel sólo tarda 5 minutos en enrojecer, deberías usar un SPF de 15.

UVA (Ultravioletas A):

Muy Penetrantes, alteran las fibras elásticas y son responsables del envejecimiento prematuro de la piel. Además, intervienen de forma directa en el desarrollo de algunos cánceres de la piel.

UVB (Ultravioletas B):

Son los responsables, a corto plazo, de las “quemaduras” y, a largo plazo, del envejecimiento cutáneo prematuro y la aparición de algunos cánceres de piel. Disminuyen las defensas inmunitarias, lo que explica la aparición de brotes de herpes.