Llevas una semana de locos. No has parado ni un momento: del trabajo a casa, de casa a la universidad y de la universidad a la biblioteca. A veces te sientes como Camarón de la Isla: ‘volando voy, volando vengo’. La única diferencia es que por tu camino no hay entretenimiento, sino una media de cinco cafés al día, muchas asignaturas que sacar adelante y, sobre todo, estrés. Mucho estrés. ¿Te identificas? Eres un sisi y necesitas urgentemente nuestra ayuda.
Ojeras, bostezos y mala cara. Quien avisa, no es traidor. Y tu cuerpo te ha estado enviado señales de humo desde que empezaste a compaginar estudios y trabajo. Pero estabas demasiado ocupado como para prestarle atención, ¿eh? En cambio, descuidaste tus rutinas de belleza, dijiste adiós a tu vida social y lo de dormir ocho horas se convirtió en tu chiste preferido. Pues que sepas que te va a pasar factura.
Así sí: ¡Relax ven a mí!
Querido sisi: tú, que eres la resistencia y el futuro, necesitas un respiro. ¡Chsss! Ya sabemos lo que nos vas a decir. ¡Pero si los exámenes finales están a la vuelta de la esquina! ¿Consejito del día? Relajarte una vez a la semana no es pecado y te va a venir de perlas para tu concentración y productividad.
Paso a paso:
- Elige tu momento. Ese viernes por la noche antes de sumergirte de nuevo en tus libros (mientras tus amigos lo petan de fiesta), justo al llegar a casa después de un examen horrible (sí, ese en el que justo te han preguntado las páginas que descartaste con un: “esto seguro que no entra”) o ¡ahora mismo!
- Sube el volumen a tu playlist preferida y respira hondo. Piénsalo: ¿hace cuánto tiempo que no te paras a escuchar la letra de una canción? Ni siquiera lo recuerdas. Truquito: cierra los ojos o, si lo prefieres, saca de la estantería ese libro que dejaste a medias. Ya verás qué bien sienta leer una lectura no obligatoria.
- Tómate un baño relajante y disfruta. Ya es hora de darle uso a ese ritual de baño que tienes abandonado. ¿Que no tienes uno? Entonces prueba nuestra gama de cuidado corporal I Love y desconecta de la rutina en tres pasos: espuma de ducha, soufflé exfoliante y manteca corporal suave. De lo único que tendrás que preocuparte será de elegir entre sus distintos aromas: mimosa y limón, té verde y bambú o violeta y leche de arroz.
Ahora sí que sí, sisi: sal a dar tu 100% en las aulas y en el trabajo. Ah, y… ¡Buena suerte en los exámenes finales! (Y cuidado con la Ley de Murphy al descartar temario)